dilluns, 10 de novembre del 2014

Mañana votaré demà


Qui em coneix sap que no sóc nacionalista de cap mena. El concepto de madre patria para mí es un término huérfano. Les banderes no són més que draps de colors, sovint molt macos però de vegades força ridículs. Si algun dia tengo que luchar en una guerra jamás será por el amor que le tenga a mi nación, ni por el odio que pueda tener contra el otro bando, sino porque sea necesario proteger a mis seres queridos.
I com pot ser que algú que diu que no se sent nacionalista pugui votar per una Catalunya independent? Doncs potser és que sóc un xarneguito fàcilment manipulable? O es que m'he deixat portar per la indignació general vers a un govern espanyol que simbolitza millor que cap la intolerància, la hipocresia i la falta de respecte pel seu poble.
Efectivamente, para que lo vamos a negar, soy otro tonto más que se ha dejado llevar por la marea independentista que nos emborracha de ilusión con promesas de una sociedad más justa, de poder comenzar de nuevo una democracia, esta vez real, en la que el pueblo tenga algo que decir.
I també és veritat, estic fart dels "ninguneos" constants, històrics, del govern central, de polítics espanyols que a base de demagògia anticatalana busquen guanyar vots. I perquè és tan profitós per a aquests personatges demostrar que són anticatalans? Esta es la pregunta del millón de dólares.
Cuando era pequeño, en los principios de la democracia, yo iba a mi pueblo en León y ya entonces sufría las burlas de mis amigos por mi origen "polaco", por ser del "Barça" y eso que mi catalanismo era prácticamente nulo. En aquellos tiempos nadie hablaba de independencia, no había un conflicto separatista que motivara esas puyas. Simplemente los catalanes eran "raros" porque se obcecaban en hablar otro idioma, querían ser diferentes, ¿quizás se creían superiores?
Mai he observat que els catalans pensin que són superiors. Superiors a què? Una raça millor? Si tots tenim el mateix origen llatí!! Que potser els catalans presumeixen de ser més treballadors? Una altra estupidessa, els catalans són tan treballadors o mandrosos com a la resta de l'Estat.
Los catalanes no son ni mejores ni peores que el resto del mundo. Seguramente son orgullosos, y puede que el papel que les ha tocado vivir en la historia les parezca injusto. Siempre han sido un pueblo con un gran talento mercantil pero con poco talento político. Sus principales enemigos han sido ellos mismos: los políticos, burgueses y nobles que han traicionado sus raíces movidos por sus propias ambiciones. Además no han tenido mucha suerte al apostar siempre por el caballo perdedor, como hace trescientos años cuando lucharon por los Austria y estos les dejaron tirados.
Quan un poble és conscient del seu potencial i també de la seva mala sort, és lògic que es rebel·li contra el seu destí. Han estat subjugats massa cops a la història com per a poder oblidar les seves ferides. I les darreres ferides són de fa només setanta cinc anys, això en història no és res.
Y aunque yo no tengo un origen catalán, he sido testigo durante toda mi vida del desprecio general en España hacia todo aquello que olía a catalán. Y digo general, porque por supuesto hay mucha gente que respeta al catalán igual que respeta al gallego o al madrileño, pero a pesar de ellos no nos engañemos, realmente existe un anticatalanismo palpable en la sociedad española, sin buscar demasiado en google puedo encontrar una gran cantidad de ejemplos :

2005 - manifestación en contra de la "devolución" de los documentos del archivo de Salamanca : http://www.20minutos.es/noticia/30836/0/manifestacion/archivo/salamanca/
2007 - el PP recurre 30 artículos del nuevo Estatut de Catalunya que fueron aceptados en el Estatuto andaluz : http://elpais.com/diario/2007/07/05/espana/1183586424_850215.html
2013: el catalán de la Franja Aragonesa se convierte en el Lapao : http://politica.elpais.com/politica/2013/05/09/actualidad/1368082767_046979.html

2014 - boicot al corredor del Mediterraneo promoviendo con la misma prioridad el corredor Central, que la Unión Europea rechaza por ser poco práctico : http://www.radiocastellon.com/index.php?noticia=23761

Y por último, pero no por ello menos interesante, haced esta búsqueda en google y alucinad con los resultados: https://www.google.es/webhp?sourceid=chrome-instant&ion=1&espv=2&ie=UTF-8#q=no+comprar+productos+catalanes&revid=1430474241

También se puede hacer la prueba en google buscando https://www.google.es/webhp?sourceid=chrome-instant&ion=1&espv=2&ie=UTF-8#q=no%20comprar%20productes%20espanyols
veréis que hay resultados pero estos son muy repetidos y que en realidad hay dos o tres.

Todo esto me lleva a pensar que claramente hay una necesidad de divorcio entre España y Cataluña, no pueden caminar juntas, deben seguir caminos distintos y quizás con el tiempo sus relaciones puedan ser como las de España con Portugal. Pero ahora mismo eso es inviable. Mientras continuemos en la misma situación la tensión no puede más que crecer; sólo hay un camino, la separación y que cada uno siga su camino de la mejor forma posible.

Potser la votació de demà només sigui una cortina de fum, potser quedi en res, de fet jo ja sé que no és més que una manifestació on el que interessa és sapiguer la participació ciutadana. Però teniu clar que la ferida es mantindrà oberta i no hi ha cap més sortida que la de fer un pas endavant. Si totes dues parts ho tinguessin tan clar com jo potser la divisió no tindria per que ser dolorosa. Per desgràcia em sembla que el futur serà difícil. 


Y por supuesto mis amigos españoles pueden estar seguros que seguirán contando con mi amistad, ponga lo que ponga en mi pasaporte.

dimarts, 4 de novembre del 2014

9N - La gran odisea


Finalmente llegaba el esperado 9N.

Después de toda la noche de fiesta, David salía de Barcelona por la Diagonal en su Ford Focus rezando por no toparse con un control de alcoholemia. No es que hubiera bebido mucho, lo normal, varios cubatas y un par de cervezas, pero había esperado un buen rato antes de volver a casa, solo. Sus pensamientos estaban en una rubia que estuvo a punto de caer a eso de las dos de la mañana, poco antes de acabar en los brazos de Carlos, el que siempre se las liga a todas, "que cuerpazo tenía la tía, ¿y eso? ¿unas luces? ¡Mierda! ¡Los urbanos! No, no son urbanos, ¡son militares! ¿Y eso que cruza? ¡Joder, son tanques!"
Los militares obligaban a circular a los vehículos por un lado de la Diagonal mientras decenas de tanques avanzaban por los carriles de acceso al centro de Barcelona.
Según las noticias, se había movilizado la gran mayoría de acorazados del norte de España que en las últimas horas se habían desplazado hacia Barcelona en un movimiento relámpago. No venían solos, le acompañaban un gran contingente de fuerzas de infantería y de guardia civil. Todos ellos se desplegaron de madrugada, en cuestión de horas, por toda Barcelona.
Mireia quería ir a votar lo más pronto posible, imaginaba que al haber pocos colegios electorales se formarían grandes colas y no era cuestión de perder el tiempo de esa forma. Cuando llegó al colegio donde le tocaba votar, éste aún no se había abierto. Decenas de militares habían tomado la escuela e impedían el acceso. Los voluntarios que debían gestionar las votaciones estaban retenidos en el interior, nadie podía salir ni entrar. Al parecer la idea de Mireia no había sido muy original, miles de personas ya estaban en la calle a las puertas del colegio, increpando a los militares que custodiaban la entrada. El móvil vibró, le había llegado un mensaje de su amigo Xavi, "Están sacando las urnas a la calle y estamos votando fuera del colegio".
Mucho antes de ese domingo ya se imaginó que algo así podía pasar. Desde luego se daba por hecho que el gobierno español actuaría por sorpresa y se debía estar preparado para cualquier cosa. En primer lugar se decidió que las urnas y las papeletas se guardarían fuera de los colegios para evitar que si se cerraban estos no se pudiera llevar a cabo las votaciones. Una parte de los voluntarios irían a los colegios confiando en que se diera una jornada normal de elecciones. Pero otra gran parte de ellos se quedarían fuera por si acaso al final había sorpresas desagradables. En ese caso, en este caso mejor dicho, las elecciones iban a ser una auténtica aventura.
Durante una hora la gente pudo votar en la calle, en las urnas sobre unas mesas improvisadas que sacaban los vecinos de sus casas, ante la mirada confusa de los militares. Esperaban órdenes de Madrid. Y por fin llegaron. Las decisiones rápidas nunca han sido la especialidad de los políticos, sobre todo cuando estas han de ser acertadas. Nuestra historia reciente está llena de desgraciados ejemplos: los hilillos de plastilina, que si la culpa fue de la enfermera, las dos lineas de investigación, etc etc. En este caso tampoco fue una excepción. La única idea que se tuvo de abortar las votaciones fue, una vez más, por la fuerza. Los militares recibieron la orden de hacerse con todas las urnas. Y eso es lo que fueron a hacer los soldados de infantería justo cuando a Xavi le tocaba votar. "Hagan el favor de retirarse y dejen aquí las urnas", dijo el suboficial al mando.
Xavi no hizo caso e introdujo la papeleta en la urna mientras los voluntarios le miraban a él y miraban al suboficial alternativamente. "Dejen las urnas y aléjense". Xavi se quedó junto la urna, los voluntarios tampoco se movieron. "¿Y si no obedecemos, qué nos vais a hacer?" El suboficial le miró fijamente, quería atemorizarle pero realmente era él quien estaba asustado. Por cada militar había unas quinientas personas en esa plaza. Poco a poco la gente se fue moviendo como una marea anónima y de forma espontanea formaron una barrera entre las urnas y los militares. Alguien escondió una de las urnas, y luego desapareció otra, y otra, hasta que ya no se vio ninguna. El suboficial intentó romper la barrera humana a empujones, pero en el momento que perdió de vista las urnas ya no fue capaz de adivinar a dónde se las habían llevado. Lo mismo pasó en la mayoría de barrios, los militares asistían impotentes a un juego de trileros en el que ellos eran las víctimas. Por suerte no hubo ninguno tan estúpido como para disparar un tiro, ni siquiera al aire, hubiese sido la mayor de las burradas, nunca les llegaría la orden de abrir fuego, eso habría sido la caja de Pandora del gobierno español de cara al extranjero. 


El pueblo pudo votar aunque fuera en unas condiciones penosas y con el boicot de una gran parte de los que consideran que votar puede llegar a ser antidemocrático e inconstitucional. De los que votaron, muchos lo hicieron soñando con la independencia, pero muchos otros lo hicieron porque creían en la verdadera democracia que es la libertad de escoger nuestro futuro, sin estar atados a las cadenas de un libro escrito bajo la presión de los fusiles. 

dijous, 30 d’octubre del 2014

Macabro placer

Cerró el ataúd.
Oscuridad.
En aquel silencio era capaz de oír claramente su propia respiración acelerada, oía incluso sus propios latidos como si de golpes de un poderoso martillo se tratara. Su mano izquierda se deslizó con gran delicadeza sobre uno de sus senos desnudo, al momento repitió el gesto con la mano derecha. Sentía una gran excitación, un macabro placer en el morboso acto  de sumergirse en aquella caja de madera de caoba con su elegante y suave interior en blanco satén.
Desde pequeña se había sentido atraída por los ataúdes, le fascinaban de una forma inexplicable. Un día su padre la encontró intentándose meter en la caja donde yacía el cuerpo inerte de su tía Isabel; rápidamente le agarró del brazo y la sacó del féretro antes que nadie pudiera verla. Su padre nunca volvió a hablar del tema y ella tampoco volvió a tentar la suerte, hasta que abandonó la casa familiar. El mismo día de su emancipación fue a comprarse un ataúd y lo hizo llevar a su nueva casa. No compró cama y nunca más volvió a necesitarla, desde entonces siempre se acostaba en la que algún día sería su última morada. Y ahora su padre ya no podría pillarla nunca más, acababa de fallecer de un infarto y ese mismo día lo habían enterrado. Qué lástima que muerto no pudiese disfrutar del placer de su propio ataúd. En cierto modo se sentía un poco culpable de su muerte, por su culpa él había perdido hasta su último euro unos meses antes, eso le dejó muy frágil de salud. Se lo tenía merecido, siempre había sido muy débil y ella despreciaba a los débiles, por eso se había aprovechado de él. Los débiles sólo servían para alimentar a los fuertes como ella.
 Sus manos continuaron bajando poco a poco, tocando ligeramente el ombligo, acariciando las caderas y deslizándose entre sus muslos. Dejó escapar un leve gemido cuando sus dedos se encontraron con la zona más sensible de su cuerpo, fue en ese momento cuando escuchó el clic. Al instante se dio cuenta de que algo andaba mal e instintivamente impulso sus brazos contra la tapa del ataúd, pero este no cedió, se mantenía cerrado por mucha fuerza que hiciera la chica. ¿Qué había ocurrido? Jamás en todos esos años se había cerrado el ataúd por fuera, ¿cómo había sido posible? Intentó levantarse y empujar con todo su cuerpo, pero no sucedió nada, gritó aunque sabía que sus súplicas quedarían amortiguadas por el perfecto acolchado de aquel interior. Lo peor de todo es que nadie le iba a echar de menos, con la muerte de su padre ya no le quedaba ningún familiar cercano vivo, y se había cogido unas vacaciones supuestamente para recuperarse anímicamente. Tampoco tenía amigos, era un ser asocial. Cómo deseó en ese momento tener a alguien.
Detuvo sus pensamientos de repente pues a sus oídos llegó un sonido del exterior, parecía un silbido que le llegaba muy debilitado. Alguien estaba silbando una canción que le era familiar. Una canción que había escuchado silbar hace muchos años a ...su padre.

dilluns, 27 d’octubre del 2014

Winter is coming





El pequeño coche junto los contenedores de basura zanjó cualquier posible duda respecto a mis sospechas: el verano más feliz de Laia había llegado a su fin. Como decía Ned Stark antes de que le segaran la testa, “Winter is coming”,  el invierno se acerca. Un invierno que sería más frío a causa de la añoranza, de la ausencia de los dos mejores amigos de Laia, que habían marchado lejos, con sus padres, a la búsqueda de un futuro mejor para toda la familia.
Atrás quedó el cochecito de juguete, con el maletero lleno con los tapones que recogía el más pequeño de la casa, al igual que atrás se quedaban los momentos de los juegos, de las carreras, de los gritos, por supuesto que también los enfados, muchos, porque los niños que se necesitan también se odian a veces, aunque en cuestión de minutos vuelvan a hacer las paces y se abracen como si nunca hubiera sucedido nada.
Laia comenzó el colegio y notamos como cada tarde, al salir de clase, lo único que quería era ir a casa, sin parar siquiera en la calle donde tantos juegos había compartido con ellos. Era fácil adivinar que algo le pasaba, y que ese algo tenía que ver con la añoranza de sus amigos. Le costó más de lo normal adaptarse al colegio y estoy seguro que la causa era que se sentía sola.

Finalmente se acostumbró a su nueva escuela, pero justo en el momento en que notamos que parecía distanciarse del recuerdo de sus viejos amigos; se negaba a grabar videos para enviárselos, dejó de hablar de ellos y si se los mencionábamos ella se hacía la sorda. Hasta que un día decidimos comunicarnos con ellos por video-llamada, y todo cambió. Al principio ella se mantenía callada, observando la pantalla con mucha atención pero sin decir nada, hasta que cuando habían pasado más o menos unos diez minutos de conexión, comenzó a explicarles su vida a aquella familia que le habían dado el mejor de los veranos.  Hoy hemos vuelto a hablar con ellos y ella no ha callado, les quería contar todo sobre la Festa dels Supers, y también sobre su excursión a la montaña, no paraba de hablar, de gritar llamando a sus amigos, de reír. Y además, lo mejor es que no tardará mucho en verlos de nuevo en persona.
Sí, se acerca el invierno, y éste será duro, pero al menos tendremos un buen aliciente para desear que llegue: Laia volverá a reunirse con sus amigos, y el verano regresará aunque sólo sea por unos pocos días.

divendres, 24 d’octubre del 2014

Matar al mensajero


Volvía a casa. ¿Qué encontraría? Su marido aún estaba en el hospital cumpliendo la cuarentena, y Excalibur... le habían dicho que no tuvieron más remedio que sacrificarlo. ¿Por qué? ¿No podían hacerle pruebas y comprobar si había desarrollado la enfermedad? Parece ser que los africanos y los perros no tienen derecho a una oportunidad.
Al ver el edificio donde vivía le recorrió un escalofrío. Cuántas veces había soñado en aquel hospital que volvía a la vida normal, que miraba las noticias en la televisión mientras desayunaba de pie, que salía de casa corriendo para ir al trabajo, que volvía cansada con mil tareas aún por hacer. Por fin volvía, pero seguro que no sería una vida normal.
Para empezar, pudo ver como un vecino se volvía a meter en la portería al verla llegar, es la reacción que esperaba, desgraciadamente no le han sorprendido. ¿Pero qué esperaba? ¿Una medalla? En Liberia conceden diplomas a los supervivientes al Ébola, aunque realmente son certificados que han de servir para que los vecinos de esos supervivientes comprueben que están sanos y no los aislen, o evitar que tengan tentación de tapiarles la casa para que no salgan y los infecten.
La única diferencia entre aquellos vecinos africanos y estos españoles no es otra que la desesperación. En África viven aterrorizados pensando quién será el siguiente, aquí pensamos que nunca nos ocurrirá a nosotros, protegidos por esa burbuja de falsa seguridad. Hasta que un día...
Teresa subió en el ascensor y entró en su casa sin toparse con más vecinos. Lo primero que hizo fue encender la cafetera. Tuvo la tentación de conectar el televisor pero en el último momento rechazó la idea, ¿y si hablaban de ella? ¿qué dirían?
Cogió la taza de café y se la bebió despacio, sorbo a sorbo, saboreándola en silencio. De pronto sonó el timbre. ¿Quién sería?
Abrió y se encontró con los vecinos del quinto.

- Bienvenida a casa, Teresa.
- Gracias... es una sorpresa muy grata.

Se oyeron pasos en la escalera. Otros vecinos aparecieron en el rellano.

- Nos hemos enterado ahora de que habías llegado. ¿Cómo te encuentras?
- Bien, bien. Un poco confusa.
- Cuenta con nosotros para lo que necesites. Si quieres te podemos acompañar a hacer las compras, pero mejor no te quedes en casa, sal y que la gente se acostumbre a verte.
- No sé si podré.
- Has de poder. No te escondas, tú eres la heroína, no la villana. Tú estabas trabajando cuando te contagiaste. Corriste un riesgo mortal por atender a un enfermo. ¿Quién en su sano juicio te puede acusar de ser una mala profesional? Eres todo un ejemplo para esta sociedad.
- Lo intentaré.
- Nosotros te ayudaremos.
- Muchas gracias.
- No, gracias a tí.

El rellano se había llenado de vecinos que apoyaban a Teresa en ese momento. Sus ojos se llenaron de lágrimas y no pudo impedirlo. Demasiadas sensaciones.

dijous, 23 d’octubre del 2014

Escribir 1 - La página en blanco

Una página en blanco, un bolígrafo y  un consejo. “Vete de la ciudad, camina mucho y observa más. Y escribe sobre todo lo que observes”. La maestra le había regalado  esas tres cosas,  a él le tocaba poner el resto.

Con el nuevo sol se puso en marcha, hacia el sur, “en esa dirección me encontraré con el mar, y quizás él me dé la inspiración”. No se había atrevido a confesarle este pensamiento a su maestra, temía decepcionarle. Ella siempre había tenido una fe ciega en sus posibilidades, mientras él era un lío de dudas. Ahora ella le había dado la receta para reencontrarse, para volver a llenar aquel vacío de palabras, de sentimientos. Pero él seguía sin confiar en sí mismo.

El sol se escondió y la página seguía en blanco. La noche cayó y la oscuridad hubiera sido completa de no ser por la luz de la luna. “¿Y si escribo sobre ella?”. Se fijó en su forma, parecía un gajo de mandarina lleno de luz blanca. Se fijó en sus manchas, ahora le recordó a un queso de roquefort, y le dieron ganas de comérsela de haberla alcanzado. Se fijó en su aura blanquecina, y pensó en el vapor que desprende un cuerpo muy frío, “¿estará helada?”, se preguntó. Y entonces escribió “El niño se encontró de pronto con un selenita que se parecía mucho a él, sólo que bastante más pálido. ¿Cómo es la luna?, le pregunto al alienígena. Fría, helada, con sabor a queso roquefort. Y yo que pensaba que sabía a mandarina, contestó el niño. Bueno, a veces sabe a helado de queso roquefort con mandarina, apuntó el ser de la luna, y ambos rieron mientras un lazo invisible los unía”.

Es un comienzo pensó, y se fue a dormir. Al día siguiente escribió sobre el amanecer, el frescor de las primeras horas de luz, el rocío sobre la hierba, el silencio roto por los sonidos de la naturaleza, un primer coche que atraviesa la carretera sin que el conductor somnoliento advierta su presencia. Más tarde escribió sobre la sensación de calor sobre el asfalto, como el suelo se hunde bajo los pies, las suelas se quedan pegadas al alquitrán, y el sol brilla sin piedad para los pobres vagabundos que no tienen donde esconderse. Al atardecer escribió sobre los mosquitos, la luz anaranjada que llena el cielo mientras las nubes se visten de diferentes colores, blanco, gris, gris más oscuro, negro, rosa, violeta, … Un agricultor vuelve a casa conduciendo su tractor, el rostro cansado, mirando fijamente la carretera. John Deere, el nombre escrito en amarillo sobre el fondo verde del imponente vehículo. Todos los ahorros gastados en esa máquina que le permite trabajar mucha más tierra y mucho más rápido. Dinero invertido para ganar más dinero. Un trabajo duro para toda una vida. Y por la noche de nuevo a escribir buscando otros matices, otros objetos, aullidos de lobos que cantan a la libertad.

No necesitó llegar al mar. Pocos días después regresó con su maestra. “¿Conseguiste llenar la página en blanco?”, “Sí” contestó él mientras dejaba un manuscrito entero sobre la mesa. “¿Quieres que lo lea?”, preguntó ella con una sonrisa dibujada en su rostro.

- No, por favor, me gustaría que fuese sólo para mí. La página en blanco que completé, todas estas páginas en blanco, son un reflejo de mi vida. Es demasiado personal para que lo lea otra persona.
- Tienes razón. Cuando los demás lean sobre ti, nunca te muestres abiertamente, siempre has de insinuar, y dejar una puerta abierta a que el lector sospeche que la imagen que muestras es antagónica a la realidad. Hazle dudar, confúndele, que jamás llegue a conocerte como de verdad eres.
- ¿Por qué?
- Porque cuando te conozca de verdad dejarás de interesarle. Y ya no te leerá.
- ¿Y ahora qué?
- ¿Ahora? Ahora comienza el verdadero aprendizaje. Lo único que has hecho es abrir tu mente al conocimiento.

dilluns, 7 de juliol del 2014

Perro apaleado

- Eres mi perro.


Lo repite una y otra vez mientras le pega una patada, otra, y otra. “Eres mi perro”, y con esa frase se demuestra a sí misma que puede hacer con él lo que quiera. Su perro, su juguete, su esclavo.

¿Y qué hace él? Aceptarlo, de vez en cuando le gruñe, o intenta huir con el rabo entre las piernas. Pero la mayoría de las veces acepta los golpes sin apenas oponer resistencia. Se dice a sí mismo que su vida va bien, que para ser un perro vive en un entorno de lujo que ya querrían para sí muchos otros. Incluso hay momentos, los menos, en que ella no es así, le sorprende con una acaricia, con un beso, con palabras de amor. En esos momentos él se siente el perro más feliz del mundo y no desea nada más que estar con su ama, hasta que, de repente, de nuevo, una patada inesperada y ella repite la misma frase como si de un mantra se tratara “Eres mi perro”.

Y sí, tiene razón, él es su perro, siempre será su fiel y dócil perro apaleado.

dilluns, 30 de juny del 2014

Turgat: La leyenda jamás contada

Por la mañana me llegó el siguiente mensaje: "Mira este vídeo. Te vas a caer de espaldas"
No me atreví a verlo, sabiendo de quién venía sólo podía significar una cosa, que finalmente había sucedido aquello que yo llevaba años temiendo que ocurriese. Esperé a la noche, ya solo, para verlo. Por desgracia no me había equivocado, cinco años después de haber tenido la idea alguien me la había pisado. Me quedé chafado, tirado sobre el asiento con la vista fija en la pantalla del portátil.
Sumido en mis pensamientos, tardé en escuchar los pasos metálicos que sonaban a mi espalda.

- Tardaste demasiado.
- Necesitaba madurar la historia. Quería que fuese mi gran libro.
- Te tenías que haber dejado el alma en ese trabajo. En cambio le diste prioridad a otra historia menor. ¿Por qué?
- Porque soy novel, necesitaba probarme primero. No quería destrozar tu libro con mi falta de experiencia. Recuerda que ya hice una mini historia que no nos gustó a ninguno de los dos. Ambos estuvimos de acuerdo: la idea era buena, pero el nudo dejaba mucho que desear, incluso el desenlace. Nos recordaba demasiado a las chapuzas de Hollywood.
- Sabías que era la gran historia de tu vida, la obra que te podría haber catapultado al éxito.

Giré mi silla hasta quedarme frente a frente con mi visitante. Llevaba la armadura ligera con la que me lo imaginaba, ese rostro afilado, la mirada de acero incapaz de sentir piedad por nadie.

- Y tú te hubieses convertido en un personaje de leyenda. La referencia cuando se hablase de mí. "El escritor de Turgat", diría la gente.
- Aún puede ser así.
- Es imposible. No sólo nos han copiado la idea si no que además han despedazado el argumento. La historia que yo podría haber convertido en leyenda ellos la han vendido como un guión más, lleno de efectos especiales pero hueco de argumento. ¿Cómo quieres que ahora llegue yo diciendo que tengo la verdadera historia, parecida pero con matices mucho más complejos que los que muestra esa mierda de película para niños?
- Me tienes a mí. Yo no salgo en la película. Soy el hilo conductor con el que nadie cuenta.
- Pero los dos protagonistas principales son idénticos a la película. La gente creería que los he plagiado.
- Los imbéciles quizás sí. Pero si tú consigues dar a tus personajes la fuerza de la que carecen en la película a nadie le importará que sean iguales, los tuyos serán los genuinos, los originales, los que realmente tienen una vida detrás, una historia. Tú tienes la clave para hacernos inmortales.
- Es imposible, no tengo ese poder. Me falta experiencia.
- La experiencia se gana. Escucha, te han dado un golpe, muy duro, pero has tenido la suerte que te ha dado en el hombro. No es un golpe mortal, y lo mejor de todo es que ahora ya nadie se atreverá a dar otra nueva estocada. Tienes todo el tiempo del mundo para madurar la idea para darle un argumento tan creíble que hasta sirva de referencia en las clases de historia. Dale vida a tus personajes, mejor que eso, dales "una" vida. Que el lector tome partido por uno de ellos y odie al resto como si fuesen sus propios enemigos.
- ¿Y sí la gente piensa que no soy más que un plagiador?
- Tú sabes que no es así. Hace más de cinco años que sueñas conmigo, con mi vida, con la del resto de los personajes de tu historia. No puedes rendirte sólo porque unos capullos de Hollywood han tenido casualmente una idea parecida a la tuya. Lo que debes hacer es ponerte a trabajar ya en ello.
- Primero debo terminar mi primera novela, ya sabes, la que me sirve para experimentar.
- Acábala pero no te demores. Te lo advierto, si muero antes de nacer, tu morirás conmigo. Soy tu única oportunidad de ser inmortal. 

Turgat salió de la habitación volviendo a la oscuridad de mi mente. Volví a quedarme solo pensando en lo que mi creación me había dicho. Debía darle una credibilidad a mi guión, una fuerza, que incluso pudiese ser referencia en las clases de historia. Así será. Se lo debo a Turgat y a todos los fans que tiene aún antes de nacer. 

dijous, 26 de juny del 2014

El dia de la Revetlla

Avui no és un dia qualsevol, avui és el dia on celebrem la revetlla de Sant Joan, una de les festes més boniques de Catalunya. I a més, m’he demanat festa a la feina.
El dia comença perfecte, fa un matí assolellat i bufa una lleugera brisa de ponent, és l’escenari perfecte per córrer una miqueta abans de prendre un bany. Em trec la samarreta i començo a trotar cap al sud. Arribo fins a l’estació de Calella i torno; ja al primer quilòmetre estic fet pols, però no vull aturar-me doncs la Laia m’espera a la platja amb els seus avis, així que aguanto com puc fins arribar a la figuera al costat del txiringuito on sempre m’aturo per a fer els estiraments. Estic content d’haver aguantat sense deixar de córrer, i tot gràcies a la meva nena. Així que m’apunto que li dec una.
Arribant a la vora de la mar em trobo a la Laia amb els seus avis. Estan amb els peus a l’aigua, i la Laia molt contenta em diu “Quina mulladera!” Veig que només s’ha mullat els peus, però per a ella ja és un gran èxit atrevir-se a desafiar les onades amb l’aigua a l’alçada dels genolls. Li ofereixo vindre amb mi però no té cap intenció d’aventurar-se més enllà en aquell estrany entorn. Jo m’endinso i gaudeixo de l’aigua, freda i neta. Nedo unes quantes braçades i faig el mort sense preocupar-me de res; no hi ha ningú a prop meu, l’aigua m’envolta, em consumeix de fora a dins, sento com en xiuxiueja a cau d’orella, “dorm tranquil” em diu. Cants de sirenes dels que em desempallego amb dificultat, un altra cop penso en la Laia, que em deu esperar de nou.
 Torno a nedar fins a la platja. “Laia, vens al txiringuito a fer un cafè?” La Laia s’aixeca ràpid i em dona la mà. Ens adrecem cap al txiringuito evitant trepitjar les tovalloles que hi ha esteses a la sorra, mentre la Laia em pregunta si veurem al Fran, si anirem al Vaixell (un tobogan que li agrada molt a ella) i si es podrà netejar les cames a la dutxa. Finalment, es renta les cames a la dutxa, baixa pel tobogan del Vaixell però no veiem al Fran ni em prenc el cafè per que ella ja no té cap interès en anar-hi al txiringuito. Així que deu minuts després la retorno amb la seva mare i els seus avis i jo torno cap al meu cafè amb el meu e-book a la mà i dos euros a la butxaca del banyador. S’ha convertit en un hàbit això d’anar a fer el cafè amb gel al Tiaré a mig matí. No concep anar-hi a la platja i no passar pel txiringuito a fer el meu cafè. I si pot ser amb una bona lectura molt millor. M’assec a un lloc tranquil des del que puc mirar el mar quan aixeco la vista del llibre i m’endinso en la meva lectura. Avui començo llibre nou. Surto del “50-30 Historias para el camino” que estava tornant a llegir per a trobar els desagradables “gazapos post-publicació” i trio una lectura de la que he sentit parlar: L’estranger d’Albert Camus. La seva lectura em captura només començar doncs ràpidament em suggereix moltes idees per al meu llibre, fins i tot per alguns Retalls que tinc pendents d’escriure i que no vull demorar més. Passo una bona estona assegut a l’ombra, prenent el cafè fred i llegint. I, és clar, també mirant la mar i a la gent que acudeix a la platja com les mosques a la mel.
Mitja horeta després, amb les piles carregades d’energia positiva, torno amb la Laia. Ens anem d’aventura. Seiem al costat de l’aigua i comencem a cridar a la Sireneta i al seu pare. “Arieeeeeeel!”, “Posidoooooo”, “Guaita, allà hi són! Ah, no, tenen cames en lloc de cua, no poden ser ells”. Acabem tornant al txiringuito per a preguntar-li a la Georgina (el Fran no hi és encara) si l’Ariel i el Posidó han passat pel Tiaré a fer un cafè o un mojito. La Georgina ens diu que no, que encara no han passat per allà, però que quan vinguin els dirà que som a la platja, per si ens volen saludar. I un altre cop asseguts al costat de l’aigua acabem desafiant a les onades, llençant-les pedres. La mar s’encabrita i ens llença les seves onades cada cop més fortes, la Laia té una mica de por, però jo l’assec a sobre meu i continuem provocant la seva ira. “Laia, aquesta nit és la de les bruixes”, “Sí, les bruixes bones i les bruixes dolentes”. Li he ensenyat a la meva filla que al món hi ha bruixes bones i dolentes, dracs bons i dolents, Sant Jordis heroics però també de malvats, mares dolentes (com la de la Blancaneu) i mares bones com la seva.

- I aquesta nit tornarem a la platja per a llençar petards, les bombetes, fonts de llum,...
- I veurem la lluna!
- Sí Laia, la mateixa lluna que fa molt temps em vas ensenyar.

 Ara la Laia dorm la migdiadeta, mentre jo escric aquestes línies. El darrer record d’aquest matí és pel moment en el que tornàvem de la platja. Al passar al costat del txiringuito m’ha semblat veure una noia molt maca i el seu pare barbut, tots dos asseguts prenent un Mojito a l’ombra, descansant les seves cues sobre sendes cadires. La Laia m’ha mirat i una “O” de sorpresa s’ha dibuixat a la seva boca. Jo li he fet un gest de silenci i tots dos hem somrigut en secret. Avui serà la nit de la màgia, la nit de Sant Joan.

dilluns, 26 de maig del 2014

Profecías en el balompié (2) (por David)

El vidente no tenía la costumbre de preocuparse sobre los perjuicios que sus pronósticos reportaran a sus clientes. Ni siquiera recordaba todos sus pronósticos, o no como recordaba lo que realmente le importaba: los ingresos que le aportaron. No obstante, temía el impacto que sus fallos pudieran tener en su reputación y sobretodo en su cuenta de resultados. Descontaba rondar un 30% de error en aquellas situaciones en las que su pronóstico se basaba únicamente en su afilada intuición. En cambio, cuando identificaba la actuación de fondo de fuerzas telúricas, de forma manifiesta y persistente a lo largo de años o décadas, incluso provocando desenlaces contrarios a toda lógica o justicia, la fiabilidad de sus pronósticos rozaba el 100%. Por ese motivo recordó incomodado al cliente que le pidió pronósticos deportivos. ¿ Qué pudo fallar ? ¿ Estaban perdiendo intensidad las fuerzas telúricas ? en ese caso, el mundo se tornaría en algo mucho más impredecible, y lo mismo se podría decir de su futuro como vidente. Sin la necesaria intervención sobrenatural, podrían empezar a suceder hechos técnicamente posibles pero que hasta ahora habían sido abortados. Por ejemplo, que las mejores personas empezaran a tener la mejor suerte. Que el bien predominara sobre el mal, o incluso que una película francesa pudiera ser realmente divertida. 
Ese tipo de preocupaciones le motivaron a acudir a la siguiente reunión de videntes. Jamás lo hacía cuando sus pronósticos acertaban, pero la inseguridad que empezaba a sentir le hizo ver con mejores ojos aquel evento periódico en el que colegas de diversos estilos y procedencias se reunían para compartir experiencias y métodos de trabajo. Igual que los magos, nadie revelaba secretos profesionales, pero el vidente pensó que quizás podría aprender algo que explicara sus errores recientes. En el vestíbulo del hotel donde tenía lugar la reunión, no quiso mostrarse como un vidente inseguro, así que esperó al receso que la organización programa para estirar las piernas y tomar algunas consumiciones. Esa era la condición que fijaba el hotel para aceptar una reunión que, a juicio del gerente, no era más que de un grupo de chiflados y timadores. 
Se acercó a un reputado vidente catalán muy celoso respecto a su identitad, conocido en la profesión como "L'Oracle". Se especulaba que su auténtico nombre era Horaci Cleries, y que ese era el motivo, además de una impresionante fiabilidad, por el que se le conocía por ese apodo. L'Oracle era de los videntes que aportaban más de lo que obtenían en las reuniones, y no pareció complacido por el hecho de que el vidente le interrumpiera lo que debía ser una pausa para tomarse tranquilamente un refresco y descansar. De hecho, estaba seguro de que alguien lo iba a interrumpir, aunque no sabía si atribuir este nuevo acierto a sus capacidades adivinatorias o a su buena reputación. Sin demasiado interés, l'Oracle escuchó el razonamiendo del vidente.

 - ¿ Puede ser que se estén debilitando las fuerzas telúricas ? nunca antes me habían fallado.
- En absolut. Les forces telúriques mai no fallen. Els vidents, sí. El destí del Benfica ho confirma una vegada més. El desenllaç lògic hauria estat que guanyés. Va crear el doble de perill que el seu rival, va jugar millor i tampoc hauria estat estrany que li xiulessin algun penal a favor. El curs lògic dels esdeveniments no s'hauria avortat sense la presència d'una força telúrica molt poderosa, que va ser invocada per Bela Guttman fa més de mig segle. I el mateix es pot dir de la final de l'any anterior, que sota cap lògica únicament futbolística hauria anat a parar al Chelsea.
 - Sí, lo sé, ese no es el pronóstico que fallé.
- Ah, disculpa, no t'havia escoltat amb molta atenció. Et refereixes a que la Champions no l'ha guanyat l'equip que elimina el Barça de Messi.
- ¿ Sí, no ha fallado allí la fuerza telúrica ? ¿ o fue casualidad que ganaran esos equipos en los años anteriores ?
- Les forces telúriques no fallen, ja t'ho he dit. De vegades, però, no actuen soles. Es a dir, actuen simultàniament a altres forces que poden ser de signe invers. En aquests casos, la força telúrica superior, s'acaba imposant. Però no és que l'altra falli, o que no existeixi. Segueix actuant, però no té prou força per a capgirar els esdeveniments. Normalment, els esdeveniments reben la interferència d'una única força telúrica. Quan es superposen 2 forces de signe oposat, la lluita entre elles pot ser titànica.
- ¿ Entonces, qué otra fuerza hubo en juego?
- Hi havia dues forces en joc, però tu només en vas saber identificar una. I no la més forta, ja que és molt jove, circumscrita únicament a la generació de Messi, aquest va ser el teu error. La segona força en joc és molt potent, fa molts anys que actua contra l'Atlètic de Madrid, apartant-lo de la màxima glòria en els moments claus de la seva història. La denominació de "Pupas" demostra que fins i tot el gran públic, intuïtivament, és conscient de la manifestació d'aquesta força. A l'anterior final a la que van arribar els matalassers, l'alemany Schwarzenbeck no era conscient de la força decisiva que el va ajudar per marcar un gol al darrer minut de la pròrroga. Aquestes coses no passen per sí soles.
- Aquel gol fue el 1-1, no significó realmente perder.
- No directament, però la resta ja estava escrita. La força ja havia treballat i no li calia manifestar-se novament per a capgirar els esdeveniments. Per això el partit de desempat el va guanyar còmodament el Bayern de Munich per 4-0.
- Tiene razón, el sábado sucedió algo muy parecido. El empate a uno de Sergio Ramos en el minuto 93 se parece muchísimo a aquel empate a uno de hace 40 años. Ahora los partidos no se repiten, pero hay un gran parecido entre ganar 4-0 un partido de repetición y ganar una prórroga por 3-0.
- No era tan difícil per a un bon vident, no? i encara havies fallat més coses...
- Sí, el desenlace de la liga.
- Vas fer el mateix error. La força que fa guanyar el títol si guanyes a Getafe és real i certa, però també és una força jove. No té la mateixa intensitat que una que va començar a manifestar-se el 1966: si Àustria guanya el festival d'Eurovisió i el Betis baixa a segona divisió, la copa d'Europa la guanyarà el Real Madrid i l'Atlético de Madrid serà campió de lliga. Les forces més velles i que combinen els fets més inaudits, solen ser més poderoses. No anaves desencaminat, sense dubte la força que vas identificar estava actuant, i amb molta eficàcia. Només això explica que un equip com el Barça, que va acabar el tram final de la lliga amb números més propis d'un equip de segona divisió que d'un campió, arribés amb opcions a l'última jornada, de forma aparentment incomprensible. Al final, però, es va acabar imposant, amb molt poca diferència, la força més antiga i potent.
- Entonces, ¿ en realidad no se producen accidentes? ¿ los conflictos entre fuerzas siempre se resuelven a favor de la más fuerte?
- No hi ha accidents com tu els entenies, ja que les forces sempre actuen, no deixen mai de manifestar-se. Els accidents es produeixen perquè alguns cops, en cas de conflicte, la força menys intensa és més astuta i aconsegueix imposar-se, però succeeix molt poques vegades, com quan David va vèncer Goliath.
- Entiendo por qué le llaman l'Oracle.
- I jo entenc per què no et paguen més de 100 euros per visita.

dijous, 8 de maig del 2014

Profecías en el balompié

Sobre su mesa descansa un tarro de miel. De vez en cuando, él desenrosca la tapa y con su dedo índice rebaña una porción del dulce elemento. Mientras lo hace, escucha atentamente a su cliente.

- Mire, la verdad es que estoy pasando por un mal momento. Todos los negocios en los que me meto se van al garete, y ya no sé qué probar para cambiar mi suerte.
- Entonces, usted lo que desea es que yo le aconseje, ¿correcto?
- Sí, eso es. Necesito que utilice sus poderes para orientarme, a ver si consigo de una vez dar con la tecla correcta.
- Bueno, veamos. ¿En qué le gustaría trabajar?
- ¿Trabajar?
- Trabajar, ¿no es eso lo que quiere?
- ¡No, no, no! Ha habido un malentendido. Yo lo que quiero es ganar mucho dinero.
- ¿Sin trabajar?
- ¡Eeeeeso! Yo pensaba en algo así como las apuestas deportivas, que se ve que ahora están muy de moda.
- ¿Quiere que le adivine resultados deportivos?
- Para ser adivino le ha costado entenderme.

El vidente vuelve lentamente a retirar la tapa del tarro y de nuevo pasa el dedo índice por aquella sustancia tan pegajosa como agradable. El silencio invade la estancia, se instala como un tercer personaje dentro de la habitación. Pero se rompe repentinamente al lanzar el brujo una pregunta al aire.

- ¿Sabe usted de fútbol?
- Ni idea. Y no creo que sea necesario.
- No crea. Debería saber que en el deporte, como en la historia, se producen ciertos comportamientos cíclicos inexplicables.
- No le comprendo.
- Le pondré un ejemplo. La final de la Europe League la juegan el Benfica y el Sevilla.
- ¿Y?
- El Benfica sufre la maldición de Guttmann desde hace más de cincuenta años por la que es incapaz de ganar una final. Ha perdido siete seguidas. Por otro lado, al Sevilla le ocurre todo lo contrario. No ha perdido ninguna de sus dos finales.
- ¿Eso quiere decir que el Sevilla ganará?
- Evidentemente.
- Eso es de mucha ayuda pero seguro que muchos lo tienen en cuenta y las apuestas estarán por los suelos.
- Aún no he terminado. También podemos asegurar quién va a ganar la Champions por un detalle.
- ¿Cuál?
- El equipo que elimina al Barça de Messi siempre gana la Champions.
- ¿Siempre?
- Efectivamente. Manchester United, Inter de Milán, Chelsea, Bayern de Munich. Algunos estuvieron contra las cuerdas o luchando contra sus propios fantasmas, y aún así ganaron.
- ¿Qué quiere decir?
- El Manchester estaba a punto de perder la final pero John Terry falló el último penalty que hubiese dado la copa al Chelsea resbalándose al chutar. Dos años después, el Chelsea estaba mermado por muchas bajas y su contrincante era el favorito de todas las apuestas, incluso tuvo que remontar un gol en contra. Y el año pasado, el Bayern se presentó con la etiqueta de gran perdedor de finales de Champions, sumado al gafe que sufría su estrella Robben, y aún así ganaron tras eliminar al Barça en semis. Por lo tanto, el favorito claro para mí es el equipo que ha eliminado al Barça, el Atlético de Madrid.
- ¿Pero el favorito no es el Real Madrid?
- Sí, y aquí está la ganancia.
- Esto ya me gusta más.
- Espere, aún no he acabado. También sabemos quien va a ganar la Liga.
- ¿Quién?
- El Barça ha ganado el campeonato todos los años que ha ganado en el campo del Getafe. Este año también consiguió la victoria allí.
- Esto es un poco absurdo.
- Pero es un hecho. Y fíjese como parece un milagro que con lo mal que están jugando sigan con posibilidades de luchar por el título. Por muy mal que lo hagan, los astros se alinearán para que ellos ganen.
- Me deja usted anonadado. ¿Y no hay margen de error?
- Bueno, alguna vez se producen accidentes.
- ¿Accidentes?
- Sí. Por alguna razón los astros se relajan y dejan que el azar domine la situación. En ese caso puede pasar de todo y de un modo exagerado. Es en esas situaciones cuando se rompen las profecías. Aún así, por ejemplo, en la final de Champions hay otro dato más: sólo ha habido otra final en Lisboa, la que ganó el aguerrido Celtic de Jock Stein al Inter de Milan de Helenio Herrera. Los italianos eran los favoritos pero el Celtic, un equipo humilde, les ganó. El resultado, 2-1.  Podría decirle que este va a ser el resultado de la final de este año.
- ¡Impresionante!
- Pero recuerde que siempre puede haber accidentes.
- Sí, sí, claro.
- Bueno, pues eso es todo lo que le puedo decir.
- Ya que estamos, ¿puedo aprovechar para preguntarle quién va a ganar las próximas elecciones Europeas?
- La pregunta es incorrecta. Lo importante no es saber quién las ganará, si no quién las perderá.
- ¿Y quién las perderá?
- El pueblo. Por cierto, son cien euros.
- Le pagaré cincuenta, no llevo más.
- Sé que tiene cien. Si no me los da a mí se los tendrá que dar al ratero que va a atracarle cuando salga a la calle.
- ¡Joder con el adivino!

dilluns, 28 d’abril del 2014

Estels al cel

- Ara anirem a veure les estrelles.

Laia va agafar la mà del seu avi i tots dos van sortir de casa, passejant uns minuts fins que van arribar a la platja. Allà, sobre la sorra, l'avi va seure i tots dos van quedar a la mateixa alçada.

- I ara mira el cel.

Laia va obeïr i un sobtat calfred va recòrrer el seu petit cos. El cel era ple d'estels que centellejaven suspessos a la foscor.

- Te'n recordes del que em vas preguntar l'altre dia?

La petita va fer un lleu gest negatiu sense deixar de mirar cap a dalt.

- Quan vas veure aquell jugador plorant a la tele, i em vas preguntar per què plorava. Jo et vaig contestar que plorava perquè havia perdut un amic.
- I on és el seu amic?
- Això em vas preguntar. I jo et vaig dir que s'havia convertit en un estel. Mira, està allà a dalt, observant-nos.
- I quan tornarà?
- No li cal tornar per que allà està molt feliç, brillant amb llum pròpia per sempre.

dimecres, 2 d’abril del 2014

A grandes males

"Toc, toc", "¿Se puede?"
- ¡Hola presi, pase, pase!
- Hola Andoni, ¿qué tal todo?
- Muy bien, trabajando, como siempre.
- Sí, bueno, de eso venía a hablar contigo.
- Pues usted dirá.
- Por favor Andoni, llámame "Bartu", como todo el mundo.
- Claro, claro, Bartu. ¿Y qué es eso que quería decirme?
- Bueno, no sé si has hablado con el míster últimamente.
- Sí, hablé con él hace unos días.
- ¿Unos días? Él me ha dicho que no habla contigo desde enero, cuando volvió Leo de Argentina.
- Pues eso, unos días.
- En fin, que me ha pedido que si queremos que se quede tenemos que ficharle varios jugadores.
- ¿Y queremos que se quede?
- ¿Tú que crees?
- Si no se queda tendremos que fichar a otro entrenador, ¿no?
- Correcto
- Entonces, sí, queremos que se quede. Fichar otro entrenador, así, de repente, es un follón.
- Pues quiere que le fichemos un jugador por linea.
- ¿Por línea? Eso son muchos jugadores
- Cuatro. Cinco si vendemos a Alves.
- ¿Y por qué lo íbamos a vender?
- Porque el año que viene se va libre.
- Ah, claro.
- Pues eso, que necesitamos realmente tres jugadores más los dos que ya tienes fichados.
- ¿Qué dos?
- Pues al portero y al central. Los tienes fichados ... ¿no?
- Sí, claro presi, quiero decir, Bartu. Ya están atados.
- Bueno, pues eso, habla con el Tata a ver qué jugadores veis interesantes en el mercado.
- ¿Cuándo he de hablar con él?
- ¡Hoy mismo, Andoni! ¿O quieres dejarlo para septiembre?
- No, claro, no. No sería correcto, ¿verdad?
- Ponte a trabajar en este tema ya, Andoni. Que llevas dos años un poco dormido.
- Ese comentario me ha dolido Bartu.
- Pues demuestra de una vez que vales lo que cobras.
- Y este también.
- Mañana nos volveremos a reunir para ver qué candidatos tenéis para fichar. Hasta mañana.
- Hasta mañana, presi.

La puerta del despacho se cierra y Andoni se queda solo, con la mirada perdida. Cinco segundos, diez, treinta, un minuto. Y... de repente... una sonrisa se dibuja en su rostro. Coge el auricular del teléfono.

- ¿Minguella? ¡Hola!, ¿Cómo va todo? Mira, una pregunta, tú tenías contactos en la FIFA ¿verdad? Me habías hablado de un amigo tuyo que trabajaba allí y se dedicaba a investigar el fichaje ilegal de jovenes promesas, ¿no? Pues necesitaría su teléfono. ¡Gracias!, ¡Te debo una!

dimecres, 26 de març del 2014

Olvido

Hoy todos dicen que fuiste el artífice de la democracia en España. Ninguno de tus compañeros de profesión se ha salido del guion, ninguno sin excepción; todos alaban tu savoir-faire  en aquellos años difíciles en los que España se quedó sin nadie al volante y el vehículo daba bandazos de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, hasta que llegaste tú y lo centraste en el carril. Sí, tú eras el centro, la elección más aterciopelada en un momento tan convulso. Seguramente fue la mejor decisión hace cuarenta años, aunque ahora se nos antoje poco ambiciosa, pero ¿qué más se podía hacer? Seamos realistas, el poder seguía en manos de los de siempre, pero se habían quedado sin nadie que pudiera dar la cara por ellos, así que no les quedaba más remedio que disimular y ceder. Al fin y al cabo sólo se trataba de pasar por maquillaje, el lobo se ponía la piel de cordero pero seguía mostrando los colmillos a los políticos que quisieran pasarse de listos, así lo dejaron claro un 23 de febrero. Quizás aquello no quiso ser más que un aviso a navegantes, “estamos aquí y podemos volver cuando queramos, no os equivoquéis”.
 El tiempo ayudó a que unos y otros se tranquilizasen al ver que las aguas volvían a su cauce. La casta dominante comprobó que la democracia no les restaba poder; el pueblo descubrió que había un resquicio para la esperanza, sobre todo cuando entramos en la Unión Europea. Para entonces él ya había caído en el olvido, había forjado un partido nuevo al que el pueblo le dio la espalda tal y como sus compañeros le habían dado la espalda a él mismo. La democracia que él había gestado, su propia hija, le había despedido. Desde entonces los dos partidos más poderosos quisieron ocupar electoralmente el centro que él había representado diez años atrás, ¡hipócritas! Por culpa de ellos ahora volvemos a estar divididos regresando a la situación que se daba hace ochenta años. Creyeron que todo valía para perpetuarse en el poder: la mentira, el odio, la intolerancia y el patriotismo mal entendido y manipulado.

 No sólo tú olvidaste, tus compañeros de profesión también lo hicieron, y el pueblo no fue menos. Estamos en un país que también sufre alzheimer, pero no como enfermedad si no como defecto. Somos tan torpes que no perdonamos  pero sí olvidamos.

dilluns, 10 de març del 2014

Busca el lado positivo

La figura de la furgoneta se hunde poco a poco en la calzada a medida que se va alejando. Pronto, únicamente el rastro de líquidos -aceite y refrigerante- será el único testimonio de su existencia, vinculando por un extremo al ejecutor y por el otro a la víctima, el sujeto inmóvil en medio de un paso cebra violado una y otra vez por conductores inconscientes, faltos de escrúpulos o simplemente despistados.
Pablo, que así se llama el desgraciado sujeto agonizante, maldice entre gorgoteos de sangre su mala estrella, el momento en el que decidió dar dos pasos rápidos hacia delante sin medir la velocidad de aquel vehículo, sin darse cuenta de que el tipo no iba a frenar y que todo su plan se iba a ir al carajo por un mal cálculo. Por su mente no pasa la vida a velocidad frenética, tan sólo tiene memoria para recordar sus últimas decisiones y curiosamente en sentido inverso en el tiempo.
Se ve a él mismo caminando hacia aquel paso cebra del que conoce de antemano que muy pocos conductores lo respetan. Su cabeza está llena de ilusiones,  él mismo se imagina agarrando un amplio fajo de billetes como los que lleva el tipo del collarín que aparece en el anuncio del metro y que mira al cielo con una amplia sonrisa en la boca. “Busca el lado positivo” es el lema de la propaganda de Indemnicia, una empresa especializada en sacar  la máxima rentabilidad económica de accidentes laborales y de tráfico. El anuncio atrapa a Pablo al primer vistazo, mientras sube las escaleras mecánicas sumido en turbios pensamientos  acerca de deudas, dos hijas pequeñas y una mujer sin trabajo que le agobian desde mucho antes de que aquel metro se alejara poco a poco perdiéndose en la oscuridad del túnel.

dimecres, 5 de febrer del 2014

El rincón más oscuro


- Te pondrás bien.


Ella no contestó, permaneció con los ojos cerrados mientras su marido, su compañero, la observaba con rostro turbado. “Te pondrás bien, amor mío”  insistió, con el imperioso deseo de creer en sus propias palabras. La estancia se mantiene  en penumbras, aunque siempre existe un rincón en toda habitación donde las sombras aún pueden ser más negras, cerniéndose amenazantes esperando la ocasión de cobrar vida. Invisible, latente, la Segadora de vidas acecha desde aquel rincón opaco dispuesta a cobrarse el alma que ha venido a buscar. Las lágrimas vertidas por los ojos del hombre, el dolor marcado en el pálido semblante de la mujer, Ella no entiende de sentimientos; dolor,  amor, tristeza, nostalgia, todas ellas son palabras vacías para el ángel exterminador.  Nadie sería capaz de apreciar como sus huesudas manos se alzan poco a poco, los brazos se estiran buscando la vida que envidia, que anhela devorar. Se acerca el momento. La mujer no es consciente de esa presencia, ni siquiera se da cuenta de que ha sonado el timbre y que su marido ha ido a abrir la puerta.  Ahora las tinieblas custodian su sueño. Se oyen ruidos en el vestíbulo, algo sucede. El marido vuelve a entrar en la habitación, pero un cuchillo presiona su garganta. Detrás suyo un hombre con cara de rata le empuja hacia adentro, sujetándole de un brazo.

- ¿Quién es esta?  ¿Tu mujer?
- Está muy enferma, por favor no le hagas daño. Te daré todo lo que tenemos.

- Calla y vete sacando las joyas. Si intentas joderme la rajo.

El ladrón suelta al hombre y se acerca hasta la mujer que permanece con los ojos cerrados, ajena a lo que sucede a su alrededor, no siente nada cuando le arrancan el collar de un tirón, ni cuando le quitan el anillo de su dedo de forma violenta. El tipo rodea la cama para comprobar si ella tiene alguna pulsera en el otro brazo. Sin aviso siente un fuerte dolor en su pecho, una mano invisible está apretando su corazón y lo exprime como si fuera un limón extrayéndole hasta su último aliento de vida. La muerte abre su puño liberando a su presa, que cae al suelo a plomo. Al oír el ruido, el marido que estaba buscando las joyas en el armario se vuelve, alcanzando a ver como una sombra regresa a las tinieblas de aquel rincón al que nunca llega la luz. La muerte vino a cobrarse una vida y su hambre ha sido  saciada… por ahora. 

dimecres, 15 de gener del 2014

Proteger y Servir


En el reproductor de cds suena la canción, “No one knows what it’s like to be a bad man, to be a sad man…”. Ramón sale de la ducha entre una nube de vapor, mira al espejo sin verse y con una toalla lo limpia como puede hasta que se muestra una figura deformada de su reflejo. Adivina unos cuantos hematomas en su piel. El trabajo, piensa, ojalá estas fueran las únicas heridas que le provoca diariamente. Con la pericia que otorga la monótona repetición de cada mañana, en un abrir y cerrar de ojos ya se ha secado, vestido e incluso ha tenido tiempo para tomar un café aguado.  Antes de salir de casa se despediría de su mujer y de sus hijos si los tuviera, pero está solo. Sabe que es lo mejor. La canción sigue sonando en el mp3 de su coche, “but my dreams they aren’t  empty as my conscience seems to be, I have hours, only lonely …”, él grita ese estribillo, lo expulsa de su cuerpo mientras conduce sin fijarse en el tráfico. Se centra en luchar por no pensar, desearía tener memoria de pez y poder olvidar cada día lo que ha hecho el anterior. 
Sin saber cómo, ha llegado al trabajo. Allí vuelve a cambiar su vestimenta. Aunque está rodeado de otros compañeros de trabajo, él está solo, los demás también lo están. Salen todos a la vez y se suben a un furgón. Aunque no hay música él la sigue oyendo dentro de su cerebro, se gira hacia sus compañeros pero ninguno de ellos le devuelve la mirada, unos miran al suelo, otros se observan los guantes negros que llevan puestos, si no el casco que llevan entre las manos. Pero no oyen la canción. “No one bites back as hard  on their anger, none of my pain and woe can show through”.
¡Preparados, salimos ya!. La voz del jefe, todos se ponen los cascos. El furgón se detiene y unos segundos más tardes se abren las compuertas. Todos salen en perfecto orden del vehículo formando de a dos. Al momento se despliegan creando una barrera. Delante de ellos unos obreros muy cabreados, porque llevan seis meses sin cobrar su nómina, les muestran los puños amenazantes.
“Dispérsense”, es la misma voz que en el furgón, la del jefe. Pero esta vez se dirige a la muchedumbre.
Proteger y servir,  eso le enseñaron en la academia que era su cometido, su obligación. Pero lo que no le dijeron es a quién debía proteger y servir. Esa gente de ahí enfrente, que le amenazan porque le temen, esos son los que le pagan con su dinero. Pero él protege y sirve a los que gestionan ese dinero, los que tienen el poder para echarlo si no cumple con su deber; proteger y servir a los poderosos, aunque sea a costa de machacar a sus iguales, que son los que con sus impuestos le pagan el sueldo. El sonido de la canción se sobrepone al de aquella jauría humana,  “No one knows how to say that they're sorry and don't worry, I'm not telling lies”. Siempre le gustó esa canción de los Who, la tararea mientras reparte golpes a diestra y siniestra. Le sirve para pedir perdón por los huesos que rompe, por el dolor que causa con su trabajo. Y esa tarde cuando llegue a casa vomitará, se emborrachará y volverá a vomitar mientras en su cabeza sigue sonando esa canción. “No one knows what its like  to be the bad man, to be the sad man, behind blue ayes”. 

Pero a él le pagan por eso, por proteger y servir.

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