dimarts, 24 de desembre del 2013

Espiritud de Navidad (II) - El Tió

Este año Laia ha descubierto la Navidad. Para que entendáis lo que significa “descubrir la Navidad” en el vocabulario de una niña de dos años os lo explicaré:
Ohhhh = escaparate con una maqueta de un tren, un carrusel y una montañita nevada llena de esquiadores que la bajan durante horas y horas. Cada vez que Laia lo ve lanza ese Ohhhh tan expresivo.
Arbla Nadal = árbol de navidad como el de casa, lleno de luces y bolas muy “chulas”.
Papa Noel = señor de buen ver con frondosa barba blanca y que baila sin parar junto a la puerta de una inmobiliaria del barrio, gritando Jojojo y que más que bailar parece que haya sufrido un ataque epiléptico. Laia se atreve a cogerle la mano y canta Jojojo con él.
El señor y la mama del señor=pesebre con las figuras del niño Jesús, su madre y el padre (al que Laia ignora como todo el mundo, aunque se llame como su propio padre, es el sino de los padres putativos).
Xocolatas=calendario de adviento. Le ha encantado a Laia porque cada día, con la tontería, se ha zampado un árbol o una mariquita de chocolate, hasta extremos de convertirse ya en una adicción.
Els gueis=sin ánimo de insultar, se trata de sus majestades los reyes de oriente. Laia aún no sabe para qué sirven (muchos aún tampoco sabemos para qué sirve la mirra después de tantos años), están completamente eclipsados por el protagonismo equivalente del Tió y Papá Noel.
Tió=un tronco que caga regalos si le das con un palo (clara alegoría a la relación España-Cataluña aunque no os explicaré como he llegado a esa conclusión para que nadie se me enfade).
Sin duda este tronco con barretina se ha convertido en el personaje favorito de esta Navidad para Laia. Cada noche le ha dejado mandarinas, bombones y galletas. Excepto las galletas, que no le gustaban mucho, el resto se lo ha zampado y no ha dejado más que las pieles y los envoltorios. A cambio el Tió ha sufrido estos días una diarrea descomunal y Laia lo ha celebrado con gran alegría y alboroto. Pero el Tió también nos ha permitido disfrutar de la mejor historia de espíritu navideño de estas fechas. El pasado domingo, caminábamos por el carrer Gran de Sant Andreu y vimos un escaparate donde un Tió dormía tranquilamente entre las sombras de la tienda ya a oscuras, a punto de cerrar. Laia comenzó a cantar la canción del Tió de forma espontanea.

Tió Tió, caga Tió, magranes i cugons, no caguis arangana que és massa salada, caga cugons, que són més bons!

De pronto se iluminó la tienda, una figura apareció y se acercó al escaparate. De debajo de la manta del Tió sacó un par de monedas de chocolate. El chico de la tienda abrió la puerta y le ofreció las monedas a Laia.

“La he oído cantando aquí fuera y me ha hecho mucha gracia. Toma, te las has ganado”

Laia se quedó muda, le entró la vergüenza y ya no fue capaz de decir ni pio. Eso sí, la sonrisa le duró un buen rato, mientras llevaba las monedas en las manos. Pero no se las llegó a comer. “Anem al carrer Grau”, nos pidió, y nosotros accedimos. Es Navidad. Allí fuimos a ver a la Paqui y a la Pepi (el Ken no estaba esa tarde disponible). Nada más que las dos ancianitas aparecieron por la puerta la Laia gritó “Paqui, galetes!”. La Paqui le dio un par de galletas María, como lleva haciendo desde hace más o menos un mes, cuando empezó esta tradición. Laia le cambió las galletas por las monedas de chocolate. Las dos abuelitas agradecieron el cambio; al fin y al cabo, la Laia ya se había comido el árbol de chocolate del calendario de adviento. Gracias al Tió, todos quedaron contentos. Feliz navidad a todos.

1 comentari:

horabaixa ha dit...

Disfruta Wambas, és el millor !!!!

Moltes gràcies per ser-hi.
Molt bon any

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