divendres, 26 de juliol del 2013

Alvia

Vio las imágenes en su teléfono móvil. Por un momento le pareció estar viendo el trailer de una película apocalíptica de ciencia ficción, protagonizada por Tom Cruise o Will Smith. Pero no era una película, esas imágenes eran reales. Un tren entrando a toda velocidad en una curva y comiéndosela de lleno, similar a las colisiones brutales de los fórmula uno pero con una diferencia. Una única diferencia pero muy importante. En el fórmula uno solo va un piloto profesional, preparado y bien protegido. En este tren había unas doscientas cincuenta personas completamente alienas al destino que les esperaba tras el próximo segundo.
Intentó imaginarse los pasajeros, la gran mayoría preparándose para bajar en breve, seguramente una voz en off habría ya avisado de la próxima llegada a la estación de Santiago de Compostela, y todos estarían de pie cogiendo sus maletas, sus mochilas, abriendo los cochecitos de bebé. Nadie se daría cuenta de que la velocidad no era la adecuada, a esas alturas del viaje lo que se quiere es llegar lo más pronto posible. De pronto el tren se movería violentamente de un lado a otro lanzando a la gente sobre las ventanas y los asientos, y sin tiempo para preguntarse qué ocurre, el golpe. Un impacto contundente, como una bomba que revienta en pleno rostro dejándote a oscuras, con los oídos pitando y sin capacidad para respirar. Para algunos, muchos, esa oscuridad será ya eterna. Un segundo antes cogiendo las maletas de la parte superior de los asientos, un segundo más tarde nada. Absolutamente nada. Otros vivirán una tortura antes de la muerte, dolor mortal durante horas, hasta el último estertor. La angustia de familiares y amigos, móviles sonando en los bolsos y bolsillos de cuerpos sin vida, "deje su mensaje tras oír la señal", correos electrónicos y mensajes enviados ese segundo antes, "ya estamos llegando", y que el destinatario jamás será capaz de releer, pero tampoco se atreverá a eliminar porque sería como traicionar a esa persona, a ese ser que un día fue y que ahora ya no es.

Y después de ver las imágenes, de recrear ese último segundo, él se preguntará por qué, cómo y si se podría haber evitado. Mejor dicho, ¿por qué no se evitó? ¿por qué falló el ser humano? ¿por qué fallaron los mecanismos?  Ya es tarde para salvarlos a ellos, pero se tendrá que resolver estas preguntas pronto para salvar a otros, quizás para salvarte a ti, querido lector/a.

dijous, 4 de juliol del 2013

The independence day / El día de la independencia

Dear european friends, today we celebrate The Independence Day. I'm relaxing at my garden, drinking an orange juice while I read my favourite newspaper. Well, what have we got here?
Mmm, Evo Morales' plane is rerouted to Vienna on suspicion Snowden on board. Aha, this boy thinks that he can flight all over Europe with an enemy of America who has put on danger our security explaining to the world that USA spies even its european colleagues. Maybe that's true, but a good american patriot will never betray his country telling the truth. No one needs the truth but security. At least, European countries have shown his prudence and good sense avoiding that this indian boy made a crazyness. Now Latinoamerica is annoyed cause they think that  USA and Europe not consider his opinion.  It's time they realize, ha ha ha. We don't need his opinion, we need his resources and his cheap workers.

Let's see the next news...Egiptian army  ousts Mursi and orders new elections. Ha ha ha. That's democracy. We respect the results if they are what we like. It's ok, people who voted for Muslim Brothers didn't know what they did, they can't represent a democratic country. It's been necesary that army laid down the law. Now It will be possible to make tourism safely by that area, always that they don't repeat the algerian story, when algerian army didn't accept the results of democratic elections which gave victory to muslim party. It was the start of decades of terror. Uf, in this case I prefer wait some years before to visit Egypt.
Damned, juice is over!


Queridos amigos europeos, hoy celebramos el Día de la Independencia. Estoy descansando en mi jardín, bebiendo un zumo de naranja mientras leo mi periódico favorito. Bueno, ¿qué tenemos aquí?
Mmm, el avión de Evo Morales se redirige a Viena por sospechas de que Snowden viaja a bordo. Ajá, este chico piensa que pueda volar por toda Europa con un enemigo de Estados Unidos que ha puesto en peligro nuestra seguridad explicando al mundo que espiamos incluso a nuestros colegas europeos. Tal vez eso sea cierto, pero un buen patriota americano nunca traicionaría a su país diciendo la verdad. No se necesita la verdad, sino seguridad. Por lo menos, los países europeos han mostrado su prudencia y sensatez evitando que este indígena hiciera una locura. Ahora Latinoamerica está molesta porque creen que EE.UU. y Europa no tienen en cuenta su opinión. Ya era hora de que se dieran cuenta, ja, ja, ja. No necesitamos su opinión, necesitamos sus recursos y sus trabajadores baratos.
Veamos la siguiente noticia ... ejército Egipcio expulsa Mursi y ordena nuevas elecciones. Ja, ja, ja. Eso es democracia. Respetamos los resultados si son lo que nos gusta. Está bien, las personas que votaron por los Hermanos Musulmanes no sabían lo que hacían, no pueden representar a un país democrático. Ha sido necesario que el ejército pusiera las cosas en su sitio. Ahora será posible hacer turismo de manera segura por la zona, siempre que no se repita lo que pasó en Argelia, cuando el ejército argelino no aceptó los resultados de las elecciones democráticas que dieron la victoria al partido musulmán. Fue el comienzo de décadas de terror. Uf, en ese caso será mejor esperar unos años antes de visitar Egipto.
Vaya, ya se me ha acabado el zumo.

dimarts, 2 de juliol del 2013

Una tarde de piscina

Era todo un desafío. Llevaba días pensando en el momento en el que tendría que meterme en la piscina con Laia. Por primera vez este año. Habíamos hecho varios intentos de introducirla en mar o piscina, pero en ambos casos el agua estaba muy fría y ella tampoco estaba mucho por la labor. Así que el comienzo del curso de iniciación para bebés era el momento culminante en el que debíamos dar un paso adelante, sin excusa posible para no hacerlo. Aquí el agua no estaba fría, más bien "demasiado caliente". También había más niños, por lo que Laia debía sentirse más animada para probar el agua. Como digo, no había excusas.
Así que cogimos la bici y en un momento nos plantamos en las piscinas municipales. Yo veía que ella lo observaba todo en silencio, más callada que de costumbre. Entramos en los vestuarios. "Mama" dijo, pero no, allí no estaba mamá. De hecho los vestuarios estaban vacíos. Primero me cambié yo y después la cambié a ella. Así ella veía que los dos íbamos a hacer lo mismo. No me costó demasiado cambiarla, ella en ningún momento se quejó, "bueno, la cosa va bien", pensé. "Mira Laia, una altra nena", un padre entraba en los vestuarios con aire despistado llevando un carrito en el que iba sentada una nena más pequeña que mi hija. "Hola, ¿cómo van las taquillas?", "con candado" respondo.

- ¿Sabes si lo venden aquí?
- Ni idea, yo lo traje de casa.
- Vale, pues voy a preguntar.

De nuevo nos quedamos solos, mi hija y yo. Ya estamos preparados, yo con mi bañador y mi gorro elástico, Laia con su pañal de piscina y unos calcetines también de piscina; no le falta un gorro elástico que no tengo yo muy claro dónde acabará, no deja de jugar con él, poniéndolo y sacándolo. "Anem Laia", la cojo en brazos y me la llevo a la ducha. Sus primeras quejas, odia la ducha pero aún así consigo darle un remojón. Y por fin a la piscina. Al fondo está la infantil, esperamos un rato porque hay otro curso de niños de unos cinco años. Mientras tanto, comienzan a llegar otros padres con sus bebés. Los monitores nos animan a dejar a los niños en la piscina, sin pasar de la zona de acceso, donde el agua no les cubre. Poco a poco parece que Laia coge más confianza. Ve como los otros niños chapotean en el agua y ella los imita. La cosa va bien. Los niños mayores abandonan la piscina y ya por fin comenzamos nosotros. "Mamás y papás, coged de las axilas a vuestros niños y acompañadlos por la piscina, que toquen el agua con los labios, que nos le hará ningún daño". Laia se queja un poco, al principio, pero acaba sonriendo mientras la deslizo por el agua. Abre la boca y con la lengua toca el agua, "Laia, no beguis l'aigua", pero ella pasa de mí. De todos modos no me puedo quejar, por ahora todo va sobre ruedas. La animo a chapotear con los pies y ella lo prueba con alegría. Ya estoy en la segunda vuelta por la piscina, veo algo flotando en el agua, parece musgo. Avanzo un poco más y veo que hay más cosas flotando, no es musgo, está claro. Algún niño se ha cagado, miro alrededor pero no detecto la fuente de la contaminación. A ver si... abro un poco el pañal de Laia por la espalda y sale un líquido marrón. ¡Dios mío, no! Ya no hay tiempo para dar más vueltas, rápidamente llevo flotando a Laia hasta la orilla. Me cruzo con uno de los monitores, "Se ha cagado", le digo. "¿Sabes dónde limpiarla?", "Sí, sí, he visto un cambiador en los vestuarios". Llevo la niña en brazos hasta el vestuario, me llega el olor ácido de la caca. Aún en brazos la niña, saco un pañal y toallitas de la taquilla y me llevo todo al cambiador. ¡Dios!, no hay forma de cambiarla. No puedo estirarla porque del pañal mojado no para de salir un caldo marrón que salpica todo el cambiador. No me queda otra que quitarle el pañal de pie. Intento hacerlo encima del cambiador para no ensuciar el suelo de los vestuarios, ella intenta mantener el equilibrio sin resbalarse en ese caldo asqueroso. Los niños que antes estaban en la piscina me observan a mi espalda. No oigo lo que dicen pero puedo imaginarlo. Por fin consigo quitarle el pañal de piscina, lo tiro en una papelera que hay al lado. ¡Cómo huele!. Laia tiene el culo y las piernas manchados de caca. La limpio como puedo con las toallitas, uso también más toallitas para limpiar el pobre cambiador que ha quedado hecho un cristo. Me cepillo medio paquete de toallitas en la operación. No le puedo poner aún el pañal normal porque no está limpia del todo, por lo que me la llevo a la ducha. Nos duchamos juntos, ella en mis brazos. Por fin está limpia, de todos modos la bañaré bien cuando lleguemos a casa. La visto, me visto yo después, y nos marchamos sin volver a la piscina. No quiero ni imaginar la cara de los otros padres al ver que sus hijos están aprendiendo a nadar en medio de trozos de caca. ¡Joder, qué asco! ¿Pero qué se puede hacer si la nena ha tenido un apretón de diarrea y no sabe decirlo? Sólo espero que con una experiencia haya sido suficiente y no vuelva a pasar. El miércoles volvemos, a ver si nos dejan entrar en la piscina.

Licencia de Autor